Cierto día fuimos mis hermanos y yo a visitar a mi abuelita que por cierto se llama Asunta, ella muy emocionada por nuestra llegaba, preparó un riquísimo segundito que contenía una especie de verduras y carne de cordero. Nos trajeron nuestros platos, y resulta que la costumbre en ese pueblito es que los visitantes tienen que comer con la mano.
“No te preocupes, come con la mano”, nos dijo nuestra abuela en su exquisito aymará y entonces nosotros los recién llegados dejando “las buenas maneras” de lado y con actitud de “yo sí me atrevo”, cogimos a la presa por el huesito usando tres dedos le dimos trato a la comida.
Ya cuando terminamos de comer el suculento potaje, mi abuela soltó una carcajada, nosotros asustados ¿Que le pasa? Dijimos y resulta que mi abuela nos había jugado una broma con eso de que es costumbre que los visitantes coman con la mano.
La verdad fue una sensación muy rica, ¡comer con la mano! Aunque fuera una broma de ella, que por cierto no sé porque los hizó, Siempre quería hacerlo y lo hice.
Desde pequeños nos educan para no comer con las manos. Nos entrenan para utilizar los cubiertos, e incluso usar cuchillo y cruzarlo con el tenedor pudiendo comer con las manos que por cierto fue una experiencia muy muy agradable.
“No te preocupes, come con la mano”, nos dijo nuestra abuela en su exquisito aymará y entonces nosotros los recién llegados dejando “las buenas maneras” de lado y con actitud de “yo sí me atrevo”, cogimos a la presa por el huesito usando tres dedos le dimos trato a la comida.
Ya cuando terminamos de comer el suculento potaje, mi abuela soltó una carcajada, nosotros asustados ¿Que le pasa? Dijimos y resulta que mi abuela nos había jugado una broma con eso de que es costumbre que los visitantes coman con la mano.
La verdad fue una sensación muy rica, ¡comer con la mano! Aunque fuera una broma de ella, que por cierto no sé porque los hizó, Siempre quería hacerlo y lo hice.
Desde pequeños nos educan para no comer con las manos. Nos entrenan para utilizar los cubiertos, e incluso usar cuchillo y cruzarlo con el tenedor pudiendo comer con las manos que por cierto fue una experiencia muy muy agradable.
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